Si alguna vez quise ser padre, lo confieso, fue para ser un poco el padre que tuve. Fue el mejor, mi gran maestro de comunicación y un ejemplo, junto a mi madre, de cómo vivir plenamente. Por esta razón, quiero decirles, queridos padres de familia, que no es casualidad estar este año liderando un proyecto dirigido especialmente a ustedes. ¿Es una escuela de padres? No. No es mi propósito enseñarles a ser padres porque no existe una formula mágica para criar a los hijos ideales. Si fuera así, la crianza de nuestros hijos no representaría el reto y la satisfacción del deber cumplido.
Quiero centrar mis trabajos en ustedes como seres individuales con sentimientos, sueños, experiencias y una programación mental que , sin duda, repercutirá en sus hijos, en forma positiva o negativa. Como individuos tenemos un gran compromiso: ser felices. Estamos en este mundo para aprender a ser felices y hacer felices a los demás. Cuando hablo de la felicidad, no me refiero a la de los cuentos de hadas..."Se casaron y fueron felices". Me refiero al reto de sonreir a pesar de las dificultades, a disfrutar de la vida aunque haya situaciones que amenacen con quitarnos hasta la más pequeña ilusión.
Lo invito a partir de hoy a tomarse en serio la idea de ser feliz. No espero que me crea, sino que se tome el tiempo para escuchar el testimonio de una persona de 73 años, Freddy Ginebra, sobre el papel de la felicidad en su vida.
Dos frases marcaron mi vida frente a la felicidad. En primer lugar, la madre Teresa de Calcuta:
Desde entonces, comprendí que tengo un gran compromiso con mis estudiantes y con mis hijos. Cada vez que cuento con su presencia, debo dar lo mejor de mí para que se vayan con una sonrisa en los labios, una esperanza en sus corazones o la certeza de que pueden ser mejores si se lo proponen.
La segunda frase, del maestro Facundo Cabral, me compromete con ofrecerle a la gente que me rodea una mejor persona, un ser mucho más feliz.
Por último, quiero invitarlo a tomar la decisión de ser feliz. ¿Cómo ser feliz ? Empiece a trabajar tres verbos porque realmente la vida es una acción: vivir. Complemente su existencia practicando el dar, el agradecer y el perdonar. Después ampliaré estas ideas pero , por ahora, simplemente tomen la decisión de ser feliz, repitiendo 100 veces esta frase: "Todos los días y en todos los sentidos, siempre estoy mejor, mejor y mejor".
¿Otra idea para empezar decidirse a ser feliz? Cante en el baño, en la calle , en la casa o donde pueda y cuantas veces quiera, esta canción:
Los espero en el próximo taller. ¡Gracias!
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